¡DIOS HA MUERTO! (y otras frases efectistas)
Ayer fue Viernes Santo. Se recordó aquel día en que los judíos, que antes habían usado a Dios como excusa para robar la tierra de los cananeos y de otras varias tribus, estuvieron decididos a torturar y matar al supuesto hijo de Dios. Ellos prefirieron conservar sus tradiciones restrictivas y sus instituciones corrompidas, en vez de escuchar a este hippie que dice que hay sólo dos mandamientos.
Debo dejar ciertas cosas claras, para tratar de convencer a los más irascibles de seguir leyendo. Sí, creo que las iglesias y sus normas artificiales son un apéndice de Dios, así como también creo que el antiguo testamento está de más en la Biblia. Pero hay un estrecho margen dentro de toda la posmodernidad que deja pasar esas cosas dichas por HippieCristo y que nadie (ni los curas) toman en cuenta. Originalmente pensaba usar este post como una excusa para esbozar algunas ideas del existencialismo cristiano, pero al oír a una vieja en la tele decir que el hecho de comprar más pescado hoy cuando está más caro, y no cuando está mas barato, es parte de la tradición, me di cuenta de que el "problema de Dios" en la mente de la gente común y corriente no está en función de algún cuestionamiento existencial. Somos pocos los desquiciados que no podemos disfrutar la existencia y que cuestionamos todo lo que el mundo nos ofrece. Somos pocos, también, los que no queremos creer que la humanidad es estúpida.
Estos últimos días he visto dos bandos atacándose. Aquí voy a descuartizar a ambos. El primer bando está formado por toda esa gente que defiende su creencia en Dios, sin siquiera saber lo que está defendiendo. El segundo está formado por los ateos (que en realidad merecen llamarse anti-cristianos) que despotrican sin control ni fundamento en contra de la tradición. Cada vez que estos dos bandos debaten (o más bien, cuando se censuran), éstos hablan desde el imaginario que tienen de su adversario. Los no-creyentes hablan viendo la ideas erradas que la educación cristiana mete en la cabeza de los niños del cielo, el infierno y los ángeles y creen que ahí acaba el cristianismo. Los creyentes meten dentro del mismo saco a todos sus contendores, y ven la clonación apocalíptica, la eutanasia, la participación femenina y otros excesos de libertad que van en contra de sus valores más conservadores que cristianos. La mayoría de los no-creyentes son personas comunes y corrientes que simplemente quieren que Dios todopoderoso les envíe felicidad y dinero desde el cielo, si es que es tan bueno como dicen, y, como eso no pasa, no creen; son muy pocos los ateos intelectuales que se cuestionan con mayor profundidad el tema. Pero suelen caer en criticar imaginarios o en discusiones bizantinas. Los creyentes, en cambio, celebran el Viernes Santo como la fiesta del pescado que antecede a la fiesta del conejo del Domingo.
Y toda esa discusión se capitaliza. Se capitaliza en "La Sagrada Familia", en el evangelio de Judas, en los huevos de pascua, en "Quien sabe cuanto cuesta hacer un ojal", en el ofertorio, en Canal 13, en el "Código Da Vinci", etc. El denominador común de estos productos es que no aportan nada significativo o novedoso a la discusión trascendente, y para qué decir a la discusión sobre la situación inmanente y miserable del ser humano en esta tierra. Son todas nuevas marcas con contenido y publicidad efectista.
En conclusión, nadie sabe lo que está criticando, y una gran parte de la humanidad no sabe en qué está creyendo. Por si acaso, La Iglesia tampoco sabe ni le importa lo que está instituyendo.
¿Que lugar puede ocupar Dios en este escenario? ...
La respuesta, para mi, es simple y no es absoluta. Por eso decidí darle un giro mucho más simple a este post, en vez de discutir las sentencias de filósofos muertos.
Giren su lectura y pónganse en este ejemplo existencial.
En este mundo puede desaparecer todo. Pueden desaparecer los autos, los PC’s, la Internet, las matemáticas, las ciudades, las tortas, el conocimiento científico, la psicología, las películas de semana santa, la literatura, todo. El mundo tal como se ha construido en estos años puede irse a la mierda en un solo día. Y lo único que queda es un conjunto de humanos yuxtapuestos que deben colaborar entre ellos; convivir.
Sonará maturanesco y cursi, pero Dios no debe vivir en una nube, desde la cual creó el mundo y desde donde contradice a Darwin y a Marx , ni tampoco debe haber ángeles o especies inmutables. Aunque esas cosas no existan, lo que se mantiene en este mundo son un montón de humanos que deben compartir esta pequeña isla en donde están.
Es cierto, hay algunos que se levantan todas las mañanas sin siquiera saber porque deberían estar aquí consumiendo ese oxígeno que yo ocuparía mejor. También hay otros que se obsesionan pensando en qué o quién nos puso aquí. También hay otros que creen que es puro azar. Unos lo ven como un triste azar, a otros les da lo mismo. Lo común a todos estos casos, es que la vida pasa, y en un choque continuo con individuos tan humanos como uno. Y un carpintero les llamó prójimos.
(Si, lo admito, me puse cursi, pero tan solo pienselo un poco. Si no quedó conforme, vaya a blogsearch.google.com y ponga la palabra "dios" o "cristo" para leer otras opiniones al respecto. Ordénelos por fecha para ver los más recientes).
2 comentarios:
La religión siempre ha sido un producto muy vendible. Ya sea para capturar masas, dinero, buenas intenciones...
Y los "projimos" necesitamos que alguen nos muestre el camino. Nacimos de esa forma, creyendo.
Si nos preguntamos algo, estamos mal. Por eso creo que las tradiciones la "masa" las sigue sin preguntars nada. Por eso todos somos buenos al morir.
Saludos
Su blog si que me gusta.
Texto debil, debil.
La discusión inmanente se ca euando intentamos saber que nos puso aquì ¿Como se puso tan inmanente y existencialista, señor?
Publicar un comentario