lunes, marzo 20, 2006

ESTAMOS SCANEANDO PARA USTED...

1.- "Disco Duro" por la Zona de Contacto:

Cuando Vargas subió al cuadrilátero, la voz de Pedro Carcuro, desde Japón, nos puso la piel de gallina: "Ahí asoman los gritos de ¡Martín!, ¡Martín! Una bandera chilena en el fondo. La voz que se nos quiebra de emoción, porque todos queremos que este pequeño osornino nos entregue hoy la tremenda satisfacción..."
Al cantar el himno nacional se vio a un Martín Vargas nervioso. Más de lo aconsejable. El árbitro de raza negra les tomó las manos, repartió instrucciones, miró hacia la mesa de jueces, y luego de oír la campanada le dio el vamos a la pelea.
Extracto de Los Adoradores de Martín

La Zona de Contacto en los noventa marcó una generación de escritores y periodistas. Es algo innegable. También fue un tentáculo de Fuguet, que influenció gran parte de la narrativa pendeja actual. "Disco Duro" es el segundo volumen de "Cuentos con Walkman" y recoge lo publicado en la Zona durante la primera mitad de los 90'. En la sección de libros, un pequeño adelanto.

2.- "El Sentido de lo Humano" por Humberto Maturana

Hace ya muchos años que Roger Sperry mostró que cuando presentaba una presa a un sapo o a una salamandra cuyos ojos habían sido experimentalmente rotados recuperando posteriormente la visión, esos animales se orientaban o proyectaban la lengua en una dirección desplazada en un ángulo igual al ángulo de rotación del ojo que veía la presa. Las preguntas usuales que se hacen a la luz de tales experimentos se refieren a si los animales aprenden o no aprenden a corregir su puntería, o si recobran o no su habilidad para manejar el medio ambiente sin cometer la equivocación de intentar dar caza a una presa allí en donde no está.
Jamás he sabido que persona alguna, fuera de mí mismo, dijera que tales experimentos rotan al mundo de observador respecto de los sapos y salamandras operadas, y que éstos no cometen errores, incluso si se mueren de hambre porque jamás vuelven a coger una presa.

Es innegable también, que Humberto Maturana es el científico chileno más importante de la actualidad, y que tiene discípulos que lo idolatran como a un dios, o que parasitan de sus conceptos para mezclarlos con los suyos (p. ej. la famosa Ontología del Lenguaje de Echeverría). Cuando se trata de la ciencia, siempre un avance se vuelve popular años después de su descubrimiento, justo cuando en el movimiento underground (y serio) de la ciencia descubre algo que deja obsoleto todo lo anterior. En ese sentido, esta obra fue escrita en 1991 y registró mas ventas en sus edciones posteriores, cuando ya ya la ciencia utiliza como supestos básicos todo lo hecho por Maturana.

Eso con Maturana. Ahora bien, este libro recopila diversas entrevistas y piezas que nos ayudan a reconstruir los dogmas maturanescos, todo orientado a redefinir lo enunciado en el título: el sentido de lo humano. Además, es de una sencilla lectura en su mayor parte. Sin embargo, el adelanto que se encuentra en la sección de libros es una parte peluda del libro que responde la pregunta ¿que es ver?, y para ello Maturana se vale de toda su epistemología para definir filosófica y biológicamente el fenómeno de la percepción.

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