miércoles, enero 31, 2007

ACERCA DE LO AGENTE QUE ES EL SER-EN-EL-MUNDO

la discusión bizantina de rigor fermentada en cerveza y maní era acerca de si lo que vivíamos era la decadencia de la modernidad o si la posmodernidad de por si es decadente entonces cuando veo que ya le dábamos muchos vueltas al tema me di cuenta de que el problema fundamental en nuestra discusión era el hecho de que nuestros constructos teóricos no estaban muy bien definidos y empecé a hablar de eso de como los constructos teóricos no los definimos en nuestras discusiones cotidianas y sin embargo llegamos a conclusiones y entonces la conversación se desvió hacia la filosofía del lenguaje y alguien hablo de Putnam y entonces yo dije que la teorías de la referencia directa a mi me parecían paparruchas y hable de Wittgenstein y los juegos de lenguaje y no se como ya hable sobre cómo el constructivismo y la terapia sistémica ven el lenguaje y la renarración y por supuesto de mi viaje a Santiasco en donde me instruí en todo estos menesteres hace dos semanas y luego hablamos de viajes y de lo que hice y lo que no hice y que pedi el baño en un bar donde un tipo me dijo "pero echemos la corta los dos" y como mi mamá me enseñó a no orinar con personas desconocidas de mi mismo sexo sagazmente mentí diciendo "no viejo, es que estoy que me cago" y vuelta a lo psicológico y al escepticismo que tienen la mayoría de las personas que respeto hacia la psicoterapia y yo les hablo de Bateson y que el tampoco creía pero que los psicoterapeutas lo citan igual y que la opción existencial y yo les digo que pocos tienen esa capacidad de darse cuenta y que la TV y el McDonald's y que el existencialismo y la fenomenología y "¿les conté que converse cono un doctor en filosofía?" y de vuelta santiago y a la filosofía del lenguaje porque la fenomenología pone al lenguaje a priori y de vuelta a la psicoterapia constructivista y al escepticismo y yo hablo de Kierkegaard y lo que este filosofo me habla sobre Kierkegaard de la religiosidad B de como el budismo incurre en falacias pero que al final lo que debe hacer la gente es despertar darse cuenta si mismos y la desesperación y la angustia heideggeriana y ya no me acuerdo y si si soy gafapastoso

miércoles, enero 17, 2007

LA ALTERNATIVA A

Miguel Angel Madrigal - Ociosidad, Pieza 2"Esto es parecido a la muerte", escribía ella. Y pensaba en una película que le hicieron ver de Clint Eastwood o algún vaquero así, en donde decían que matar un hombre es quitarle la posibilidad de hacer cualquier cosa. Vaya filósofo que era Eastwood. Escribía algunas palabras con colores distintivos, las resaltaba, las subrayaba, le pegaba polvitos brillantes y esa clase de estupideces. Usaba esas palabras que, en su imaginario, son las palabras de la poesía, en registro de habla culto-formal, y usando los mismos objetos que abundan en cualquier escrito cursi; corazón, árboles, niebla, cielo, alma, aire, sol, aliento, etc.
Como era un día de lluvia, no convenía salir de casa, y se quedó en su pieza escribiendo como siempre lo hacía, como inconsciente. Y cuando su pequeña mente de colegiala de suburbio se echó a correr, se sumergió bastante hondo en sus fantasías diurnas y los pensamientos automáticos de las horas de ocio. En algún momento se miró al espejo y paralelamente sintió una emoción nueva. Pero como su vocabulario es tan limitado como el de cualquier otro liceano, etiquetó su nuevo estado bajo el aburrimiento. Básicamente, no podía soportar las pocas opciones que se presentaban en ese momento. Podía seguir escribiendo o podía ver la tele. Cualquier cosa que involucrara algo de contacto humano, un poco más ameno, requería salir de casa.
Empezó a dar vueltas por la pieza, y se acordó de cuando le tradujeron esa letra de Green Day, en particular la frase "roaming by yor house, wasting your time". No recordaba nada más.
Se tiró en la cama, y miró el techo blanco. Se preguntó algo que nunca se había preguntado antes: ¿Que estarán haciendo los otros en este momento? (mmm, interesante…) ¿Se estarán aburriendo? ¿Se estarán reventando sin ella? Y de forma más específica, se preguntó que estará haciendo Él; si toda "ella" tiene un "el" de quien ocuparse, al menos, en la imaginación. Mientras dejaba que su cabeza se ocupara de fantasear con las actividades que los otros podrían estar realizando, se le empezaron a cerrar los ojos y se quedó dormida.
Sintió que durmió por horas, pero tan solo fueron 15 minutos. Al ver el reloj, otra vez, y de la misma forma que en las mañanas, se sorprendió por esta extraña característica de los sueños, de ser como "experiencias comprimidas". Y se despertó con una disposición completamente distinta a la de los 15 minutos anteriores. Sin pensarlo, bajó de su pieza, abrió el refrigerador, sacó un yogurt, y prendió la tele.