miércoles, junio 13, 2007

CHOMSKY Y EL CUNNILINGUS

Quizás usted, lector, que da vueltas por acá como en fuga psicógena, ya esta harto de leer verborreas pesucointelctualoides y quejumbrosas. Esto es la última joya intelectuaoide hasta por lo menos 2 post más.
Es la entrevista en El Show de Ali G a Noam Chomsky.
Culturicese.

Y, por si le interesa, mi encuentro cercano con Chomsky.

viernes, junio 01, 2007

CLIMACUS

No podría decir con certeza desde cuando las cosas empezaron a ponerse mal. Quizá desde que empecé a retomar a Foucault y a Derrida; la lógica del suplemento y la idea de no poder escapar al orden del discurso de la época me hacen ver lo banal del citar a grandes autores. Son sólo personajes de una telenovela que en unos años más nadie va a recordar. En todo caso esas ideas historicistas ya estaban de dichas de forma similar (pero no idéntica) en la Hermenéutica.
Pero eso… eso nada tiene que ver con la insipidez progresiva del mundo que me ata a la cama cuando tengo que despertar. Tan sólo es otro argumento más para no anclarme a un referente cuando piense filosóficamente. Tampoco tiene que ver con ello mi interpretación de Heidegger; el que Maturana niegue el sospechoso parecido de algunas de sus frases y sus ideas con Heidegger diciendo que “Heidegger dice que esta mesa te mesea, que la flor te florea”. Si, el mundo mundea, pero no TE mundea; y si, el mundo preexiste con respecto al ente, pero eso nada tiene que ver con un mundo objetivo e/o independiente de quien desvela/distingue.
No, todas esas ideas son sólo problemas que atañen a una mente ociosa como la mía.
Poco tiene que ver que ya no pueda contrastar con nadie mis ideas filosóficas en la universidad, que el rector quiera volver la carrera ecléctica, que los nuevos profesores sean unos chantas, que los buenos profesores te digan que tienen las manos atadas (quizá todo comenzó el 2 de Mayo o el 29), que todo lo que se pueda hacer para transformar la universidad en un espacio de discusión dependa de unos pocos tipos como yo, que el estudiar y el pensar al mismo tiempo se convierta en un apostolado que solo unos cuantos estamos dispuestos a llevar a cabo.
Quizá todas estas son excusas, intentos de dar explicación a una negatividad que se presenta generalizada, persistente.
Poco tienen que ver también que el que gente importante me agarre mala (cuando ahora todo el mundo me cae bien, excepto los que salen en la tele), el que ahora tenga que retomar el Plan A, porque el Plan B era transitorio (pero nadie me lo advirtió, ni había forma de predecirlo), que haya otro malentendido con la mundaneidad del mundo, etcétera, etcétera.
Leo Transmetropolitan, veo videos de Bill Plimpton, y hago todas esas delicias indie que te hacen sentir superior a la masa, pero no me siento mejor. Hace tiempo que dejó de agradarme la autocomplacencia ególatra. Soy ordinario, común y corriente, supongo que mis ideas son tan verdades y tan distintas como las del común de la gente (todo es verdad incluso lo contrario; Dostoievsky watzlwickizado).
No saco nada en limpio hoy.
Quizás debería ser un charlatán y fundar mi propia secta, tener mucho dinero, y luego dedicarme a comprar obras de arte que los ABC1 usan como símbolos de estatus.
O quedarme callado, como me enseñó mi madre.